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“Aunque me duplicaran el sueldo, no lo volvería a hacer”: Por qué los empleados ya no quieren ser jefes

“Aunque me duplicaran el sueldo, no lo volvería a hacer”: Por qué los empleados ya no quieren ser jefes
Los empleados franceses no quieren ascender a gerente. En Francia, el 56 % de los trabajadores con potencial para ser gerentes no desean acceder a un buen puesto directivo, en comparación con una media del 36 % en el extranjero.

Los empleados franceses no desean convertirse en líderes, y esta actitud es específica de Francia. Según un estudio publicado por la organización de formación Cegos en Francia, el 56 % de los empleados identificados por los responsables de recursos humanos como posibles buenos líderes no desean asumir un puesto de responsabilidad, en comparación con una media del 36 % en otros países, una diferencia significativa.

Entonces, ¿por qué los empleados franceses son tan reacios a asumir responsabilidades dentro de sus empresas ? Porque donde algunos ven responsabilidad y ascensos, los empleados ven, en su mayoría, problemas y largas jornadas, atrapados entre el martillo de sus superiores y el yunque de sus subordinados.

Tres cuartas partes de quienes se estrenan como directivos creen que sus horas de trabajo aumentan constantemente, al igual que su estrés, más que en otros países. Dado este aumento del tiempo dedicado a la oficina, el reconocimiento se considera insuficiente o incluso inexistente para un aumento salarial bastante desmotivador de unos pocos cientos de euros al mes como máximo.

Así lo explica a RMC Valérie, que trabaja en el sector de la viticultura: "Había mucha presión, no podía responder al teléfono, la gente podía llamarme desde las 5 de la mañana hasta las 10 de la noche", cuenta.

"Por un aumento de 100-150 euros, me molestaban las ausencias, los clientes que me pedían información, y era así incluso los fines de semana. Aunque hoy me dupliquen el sueldo, no pienso volver a ser chef. Ahora trabajo sola y estoy mucho mejor", recuerda Valérie.

“Un día me desperté, dimití, lo perdí todo incluida la antigüedad, pero no volvería a fichar por nada del mundo”, promete.

Para explicar esta excepción francesa, primero debemos analizar la cultura directiva. Según un informe de la Inspección General de Asuntos Sociales (IGAS), la gestión francesa se caracteriza por prácticas altamente verticales y jerárquicas y un reconocimiento del trabajo mucho menor que en otros países.

Es lo que el sociólogo François Dupuy llama la "fatiga de las élites": esta precariedad de su trabajo, cuya esencia, la responsabilidad, ha sido devorada por la multiplicación de procedimientos de todo tipo.

Además, en Francia, quien llega a ser directivo suele ser el mejor técnico, aunque no necesariamente tenga las cualidades de un directivo.

También existe un malentendido entre los gerentes y el departamento de recursos humanos: RR. HH. cree que están ávidos de poder y motivados por la ambición, mientras que los gerentes buscan principalmente ganar más, tener mayor flexibilidad para tomar decisiones a diario y ser útiles. Un desperdicio total de recursos humanos.

RMC

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